Signos de puntuación: Diccionario Panhispánico de dudas de la RAE
Les quiero compartir un material muy importante sobre los signos
de puntuación, en la elaboración de un documento es un tema clave para la
comprensión de la lectura a continuación, se presentan.
Figura 1.
Signos de puntuación
Fuente: Ilustración tomada de Google
· El punto
(.) indica el final de un enunciado, oración, párrafo o texto.
· La coma
(,) marca una pausa breve dentro de un enunciado.
· El punto
y coma (;) representa una pausa mayor que la coma, pero menor que el punto.
· Los dos
puntos (:) anuncian una explicación, una cita, una enumeración o una
consecuencia.
· Los
puntos suspensivos (...) expresan una interrupción, una omisión, una duda o una
continuación.
· Los
signos de interrogación (¿?) y de exclamación (¡!) se usan para formular
preguntas o expresar emociones, respectivamente.
· El guion
(-) sirve para unir palabras, separar sílabas o introducir diálogos.
· Las comillas
(« », “ ” y ‘ ’) se emplean para citar palabras textuales, resaltar un término
o indicar un uso especial del lenguaje.
Fuente: Referencia tomada de
Google. Definición y concepto
de Signos de puntuación | Conceptualia
Figura 2.
Fuente: Ilustración propia con imágenes de internet y programa power point.
¿Por qué son importantes los signos de puntuación?
Los signos de puntuación son muy importantes porque nos ayudan a
comprender más la lectura.
En la puntuación podemos identificar las pausas, cuando hay
preguntas, nos colabora en el énfasis de las lecturas.
Una lectura sin signos de puntuación sería compleja de
interpretar, el mensaje no sería claro y lo más importante para el lector no
sería ágil la lectura.
Según el Diccionario Panhispánico de dudas de la RAE, doy
el concepto de cada signo de puntuación, así mismo les comparto en enlace.
https://www.rae.es/dpd/ayuda/abreviatura
Coma:
coma1
1. Este sustantivo es femenino cuando designa el signo ortográfico
(→ coma2): «Lo aprueba, sin modificar una coma, pero cambia la
fecha» (Anson Don Juan [Esp. 1994]); es masculino
cuando significa 'estado patológico caracterizado por pérdida de conciencia
y sensibilidad': «Quizá la mujer había entrado en un coma del que no
saldría» (Martínez Vuelo [Arg. 2002]).
coma2
1. Signo de puntuación (,) que se emplea para delimitar determinados
constituyentes del enunciado, como algunos tipos de oraciones (Aunque no te
guste, tendrás que hacerlo) o grupos sintácticos (David, el contable, no
ha venido hoy). También se utiliza como separador decimal en los números
escritos en cifras (→ 5).
Como signo de puntuación, se escribe pegada a
la palabra o el signo que la precede y separada por un espacio de la palabra o
el signo que la sigue. La escritura de coma tiene por objeto poner de manifiesto
las relaciones sintácticas, por lo que no siempre su presencia responde a la
necesidad de realizar una pausa en la lectura y, viceversa, existen en la
lengua oral pausas breves que no deben marcarse gráficamente mediante comas.
Aunque el uso de coma puede depender en ocasiones del gusto o de la intención
de quien escribe, o de factores contextuales como la longitud y la complejidad
del enunciado o la puntuación adyacente, existen comas de presencia obligatoria
o recomendable en un escrito para que este pueda ser correctamente
interpretado. Se exponen a continuación las principales directrices para el uso
de la coma.
2. Se usa la coma
2.1. Para delimitar incisos. Normalmente, los
incisos aparecen intercalados en el enunciado y deben ir entre dos comas, una
delante del comienzo del inciso y otra al final; pero los incisos también
pueden ir en posición inicial, seguidos de coma, o final, precedidos de ella.
En la lengua oral, los incisos presentan un tono más grave que el del resto del
enunciado y suelen separarse por breves pausas. La mayor parte de las veces la
coma puede alternar, en este uso, con la raya (→ raya) y con los paréntesis (→ paréntesis, 2.a). Los incisos pueden ser:
2.1.1. Aposiciones explicativas: Cuando llegó Adrián, el marido
de mi hermana, todo se aclaró. Se cuentan entre las aposiciones de este
tipo las construcciones en las que se repite una palabra que se acaba de
mencionar para introducir una explicación sobre ella: Se compró la
mejor moto que había en el mercado, moto que acabó olvidada y polvorienta en el
garaje a los pocos meses.
Son aposiciones explicativas y, por tanto, se
escriben entre comas los apodos, las designaciones antonomásticas o los
seudónimos cuando se mencionan tras el nombre real: Sandor, el Gitano,
nació en Buenos Aires; «Se celebra hoy el 150 aniversario de la
muerte de Simón Bolívar, el Libertador» (País [Esp.]
17.12.1980); José Martínez Ruiz, Azorín, perteneció a la generación del
98. Al contrario que estos, los sobrenombres, que no pueden utilizarse
solos, sino que deben ir necesariamente acompañados del nombre propio, se unen
a este sin coma: Alfonso II el Casto, Guzmán el Bueno, Lorenzo el
Magnífico.
2.1.2. Adjetivos explicativos pospuestos al sustantivo u oraciones
adjetivas explicativas: Los soldados, cansados, volvieron al campamento
con dos horas de retraso (se explica que los soldados estaban
cansados, de ahí que se retrasaran); o La casa, que está al borde del
mar, es muy luminosa (se explica que la casa de la que se habla está
al borde del mar). Por el contrario, si el adjetivo o la oración adjetiva
tienen función especificativa, no se escriben entre comas: Los soldados
cansados volvieron al campamento con dos horas de retraso (se
especifica que, del total de los soldados, algunos, los que estaban cansados,
llegaron con retraso); o La casa que está al borde del mar es muy
luminosa (se especifica que, de entre todas las casas que hay en una
zona determinada, se habla de la que está situada al borde del mar).
2.1.3. Construcciones absolutas: Llegados todos los asistentes,
empezó el acto; La traductora, concluido su trabajo, apagó el
ordenador.
2.1.4. Expresiones u oraciones de carácter accesorio, sin vinculación
sintáctica con los elementos del enunciado en el que se insertan: Tus
rosquillas, ¡qué delicia!, son las mejores que he probado en mi vida; Se
presentó a comer, dime tú si no es para matarlo, con diez amigotes y sin avisar.
2.1.5. Cualquier otra clase de comentario, explicación o precisión a algo
dicho: Me fascina el mundo del espectáculo, en especial el de la danza; El
buen gobernante, según sostenía un célebre político, debe estar siempre preparado
para abandonar el poder.
2.2. Para delimitar otros constituyentes del enunciado con alto
grado de independencia. No se vinculan sintácticamente con el
resto del enunciado y, por tanto, se aíslan con coma los siguientes segmentos:
2.2.1. Interjecciones y grupos interjectivos: Bah, no te
preocupes; No sé, ¡ay de mí!, cuánto tiempo más voy a poder
soportarlo. En los grupos interjectivos, no se escribe coma entre la
interjección y su complemento, como se ve en el segundo de los ejemplos
anteriores y en estos otros:¡Hola a todos!; ¡Caramba con el
niño, no para!
2.2.2. Apéndices confirmativos, como ¿eh?, ¿no?, ¿verdad?, ¿ves?, ¿viste?,
que son expresiones de refuerzo con las que se cierra una aseveración: Mañana
vamos al cine, ¿no?; Has acabado, ¿verdad?
2.2.3. Vocativos, esto es, palabras que sirven para llamar al
interlocutor o dirigirse a él: Javier, no quiero que salgas tan tarde; Has
de saber, muchacho, que tu padre era un gran amigo mío; Venid aquí
inmediatamente, niños. Cuando los enunciados son muy breves, se escribe
igualmente coma, aunque esta no refleje pausa alguna en la lectura: No,
Luis; Sí, mujer.
2.2.4. Determinados adverbios y locuciones adverbiales que se usan como
conectores discursivos, como además, asimismo, es
más, ahora bien, sin embargo, no obstante, por
el contrario, en cambio, aun así, con todo
(y con eso), así pues, por consiguiente, por
lo tanto, es decir, o sea, en definitiva, en
primer/segundo lugar, por un/otro lado, por una/otra
parte, por último, pues bien y otros similares:
Se ha llevado todas sus cosas. O sea, no
piensa volver.
Por lo tanto, los que no tengan invitación no
podrán entrar al recinto; no obstante, podrán seguir el acto a través de
pantallas instaladas en el exterior.
Si estas expresiones van en medio de la oración,
se escriben entre comas: Mi nombre es Lidia. Nadie, sin embargo, me
llama así. Cuando las locuciones son de carácter anunciativo, es posible
sustituir la coma por los dos puntos si se desea detener el discurso con
intención enfática (→ dos
puntos, 2.6): Me voy ahora mismo de aquí; es más: no pienso volver nunca.
2.3. Para delimitar algunos tipos de complementos
2.3.1. Es recomendable escribir coma detrás de los complementos
circunstanciales que preceden al verbo, salvo que sean breves: En
aquellos calurosos días de principios del verano pasado, la convivencia era
idílica (pero En casa no puedo estudiar). No se aíslan con
coma los complementos circunstanciales en posición final: La
convivencia era idílica en aquellos calurosos días de principios del verano
pasado. No obstante, cuando la información que expresan estos complementos
se presenta como accesoria o incidental, van precedidos de coma: Terminó
su carrera con excelentes resultados y un futuro prometedor, ya lejos de su
Salamanca natal.
2.3.2. Se escribe coma para delimitar los adverbios y expresiones que
encabezan los enunciados o se intercalan en ellos para introducir la
perspectiva desde la que el hablante desea expresarse: Técnicamente,
los resultados no fueron satisfactorios; El hallazgo, desde una
perspectiva arqueológica, no tiene un gran valor; Desde mi punto de
vista, todo ha salido bien.
2.3.3. Se escribe coma para aislar adverbios o locuciones adverbiales
como francamente, sinceramente, afortunadamente, lamentablemente, por
desgracia, ciertamente, efectivamente, naturalmente, etc.,
cuando modifican a toda la oración: No creo, francamente, que cambie de
opinión; Lo hemos conseguido, afortunadamente; Naturalmente,
los invitados deben vestir de etiqueta. No se aíslan con coma cuando
modifican solo a uno de los constituyentes de la oración: Todo sucedió
naturalmente, sin darnos cuenta; Esta novela es francamente buena.
2.3.4. Se escribe coma detrás de los complementos encabezados por
locuciones preposicionales de valor introductorio, como en cuanto a, respecto
de, con respecto a, en relación con, con
referencia a, a tenor de, etc.: En cuanto a ti, no
quiero volver a verte; A tenor de lo visto, no creo que cambie
mucho la situación. De la misma manera, se pone coma detrás de los
elementos encabezados por locuciones preposicionales o constituidos por
locuciones adverbiales de valor condicional, concesivo, final,
causal, etc.: En ese caso, nos quedaremos en casa; A
pesar de todo, conseguimos nuestro objetivo; Para eso, hubiera sido
mejor que no hablaras; Aun así, nadie te lo va a agradecer.
2.3.5. Es conveniente escribir coma delante de excepto, salvo y menos: «Todo
me irrita, excepto la soledad» (Millás Desorden [Esp.
1988]); «Cristina siempre estaba a mano, salvo cuando se daba una
comilona de ratones» (Rossi María [C. Rica
1985]); «Los pobres lo perdonan todo, menos el fracaso» (Sepúlveda Viejo [Chile
1989]).
2.4. Para delimitar estructuras coordinadas
2.4.1. La coma separa los elementos de una enumeración, siempre que estos
no sean complejos y ya contengan comas en su expresión, pues, en ese caso, se
utiliza el punto y coma (→ punto y
coma, 3.b): Ayer me compré dos camisas, un pantalón, una chaqueta y dos
pares de zapatos.
Cuando la enumeración es completa o
exhaustiva, el último elemento va introducido por una conjunción (y/e, o/u, ni),
delante de la cual no debe escribirse coma (sobre los casos en que sí se
escribe coma ante estas conjunciones, → 2.4.4):
Es un chico muy reservado, estudioso y de
buena familia.
No le gustan las manzanas, las peras ni los
plátanos.
¿Quieres té, café o manzanilla?
Si la enumeración es incompleta y se escogen
solo algunos elementos representativos, no se escribe conjunción alguna ante el
último término, sino coma. La enumeración puede cerrarse con etcétera (o
su abreviatura etc.), con puntos suspensivos (→ puntos
suspensivos, 2.2.d) o, en usos expresivos, simplemente con punto:
Acudió toda la familia: abuelos, padres,
hijos, cuñados, etc.
Estamos amueblando el salón; hemos comprado el
sofá, las alfombras, la lámpara…
Todo en el valle transmite paz: los pájaros,
el clima, el silencio.
2.4.2. Por su carácter en cierto modo incidental, equivalente de y
lo demás, y otras cosas que no se mencionan, se escribe coma
tras etcétera, o su abreviatura etc., siempre que no
vaya en posición final: «Los bailes populares como la sardana, la jota,
etcétera, estaban proscritos» (Mendoza Ciudad [Esp.
1986]); «Los bailes autóctonos, las peregrinaciones, etc.,
perduran hasta nuestros días» (Leyva Piñata [Méx.
1984]).
2.4.3. Se separan mediante comas los miembros gramaticalmente
equivalentes dentro de un mismo enunciado. Al igual que en el caso anterior, si
el último de los miembros va introducido por una conjunción (y/e, o/u, ni),
no se escribe coma delante de esta:
Llegué, vi, vencí.
Estaba preocupado por su familia, por su
trabajo, por su salud.
No te vayas sin correr las cortinas, cerrar
las ventanas, apagar la luz y echar la llave.
No obstante, existen casos en que la
conjunción sí puede ir precedida de coma (→ 2.4.4).
2.4.4. Uso de coma ante las conjunciones copulativas y disyuntivas. El
uso de la coma es incompatible con las conjunciones y/e, ni, o/u cuando
este signo se utiliza para separar elementos de una misma serie o miembros
gramaticalmente equivalentes dentro de un mismo enunciado (→ 2.4.1 y 2.4.3). Sin embargo, hay otros casos en que no solo el uso conjunto de la
coma y la conjunción es admisible, sino necesario:
a) En una relación compuesta de elementos complejos que se separan
unos de otros por punto y coma, delante de la conjunción que introduce el
último de ellos se escribe una coma (o también un punto y coma; → punto y
coma, 3.b): En el armario colocó la vajilla; en el cajón, los cubiertos;
en los estantes, los vasos, y los alimentos, en la despensa.
b) Se escribe coma delante de estas conjunciones cuando la secuencia
que encabezan enlaza con todo el predicado anterior, y no con el último de sus
miembros coordinados:
Pagó el traje, el bolso y los zapatos, y salió
de la tienda.
No sé si ir de vacaciones a Francia o Italia,
o quedarme en casa.
c) Cuando se enlazan miembros gramaticalmente equivalentes dentro de
un mismo enunciado, si el último de ellos es semánticamente heterogéneo con
respecto a los anteriores (es decir, no introduce un elemento perteneciente a
la misma serie o enumeración), por indicar normalmente una conclusión o una
consecuencia, se escribe coma delante de la conjunción: Pintaron las
paredes de la habitación, cambiaron la disposición de los muebles, pusieron
alfombras nuevas, y quedaron encantados con el resultado.
d) Debe escribirse coma delante o detrás de cualquiera de estas
conjunciones si inmediatamente antes o después hay un inciso o cualquier otro
elemento que deba ir aislado por comas del resto del enunciado: Mi
abuelo, que era un gran aficionado a la poesía, y el maestro del pueblo
fundaron una revista literaria; Puedes venir con nosotros o, por el
contrario, quedarte en casa todo el día.
e) Es frecuente, aunque no obligatorio, que entre oraciones
coordinadas se ponga coma delante de la conjunción cuando la primera tiene
cierta extensión y, especialmente, cuando tienen sujetos distintos: La
mujer salía de casa a la misma hora todas las mañanas, y el agente seguía sus
pasos sin levantar sospechas; ¿Vienes esta tarde al concierto que
te comenté, o va a venir a buscarte tu hermana para que la ayudes?
f) Cuando la conjunción y tiene valor adversativo
(equivalente a pero), puede ir precedida de coma: Le
aconsejé que no comprara esa casa, y no hizo caso.
2.4.5. Se escribe coma entre los elementos coordinados mediante las
conjunciones disyuntivas discontinuas bien…, bien…; ora…,
ora…; ya…, ya… Tradicionalmente se ha escrito también coma
ante el primer miembro de estas construcciones, pero no es una coma obligatoria
si no viene exigida por otros factores: «Las ramas del árbol están ora
cargadas, ora desnudas» (Guelbenzu Río [Esp.
1981]); «Habrá quienes estén de acuerdo con el jeque Abdula, ya porque
se quieran ir al desierto con él, ya porque compartan su pesimismo sobre el
futuro» (Schwartz Conspiración [Esp. 1982]); Organizaremos
la fiesta, bien en tu casa, bien en la mía.
También se escribe coma entre los miembros de
la correlación disyuntiva o bien…, o bien… (a veces, uno de
los dos términos se encabeza simplemente con o): «Al dar la
pelota en uno de los nervios del lomo de la piel holandesa, o bien rebotaba tan
fulmínea, o bien perdía su elasticidad» (Lezama Paradiso [Cuba
1966]); «En ese momento yo era o bien puro asombro, o bien puro
vacío» (Ferrero Ángeles [Esp. 2005]); «Los
adultos, […] a partir de cierta edad, o bien tenían los
síntomas sin las enfermedades, o algo peor: enfermedades graves con síntomas de
otras inofensivas» (GaMárquez Amor [Col. 1985]).
Se separan por comas las oraciones
yuxtapuestas de sentido distributivo: Unos se ganaban la vida cazando,
otros pescando, los más cultivando los campos; también las expresiones
correlativas que reproducen un mismo esquema gramatical, propias de dichos
populares o fórmulas fijas: Hecha la ley, hecha la trampa; Ojo
por ojo, diente por diente.
2.4.6. Se escribe coma delante de las oraciones coordinadas adversativas,
introducidas por las conjunciones pero, mas, aunque, sino
(que): Hazlo si quieres, pero luego no digas que no te lo advertí.
2.4.7. Se escribe coma para separar los dos términos de la construcción
copulativa intensiva no solo…, sino (también)…: «El suelo
del patio estaba cubierto no solo de hojas, sino también de cemento» (Galán Habitación [El
Salv. 2016]).
2.5. Para delimitar oraciones subordinadas
2.5.1. Se escribe coma ante la conjunción porque cuando
introduce oraciones causales lógicas o explicativas, también llamadas de
la enunciación: Ha llovido, porque está el suelo mojado. Por el
contrario, las causales puras o reales, también llamadas del enunciado,
no se separan mediante coma: El suelo está mojado porque ha llovido.
La diferencia entre un tipo de causales y otro es que las causales propiamente
dichas expresan la causa real del hecho enunciado en la principal (El suelo
está mojado porque ha llovido: la lluvia es la causa real de que el suelo
esté mojado), mientras que las lógicas o explicativas no introducen la causa
real de lo expresado en la oración principal, sino el hecho que permite al que
habla afirmar o enunciar la oración principal (Ha llovido, porque está el
suelo mojado: lo que me lleva a afirmar que ha llovido es que el suelo está
mojado).
Las oraciones causales introducidas por como, dado
que, pues, puesto que, que y ya
que se aíslan con coma: Como no llegabas, nos fuimos; Se
suspende la sesión, pues no hay más temas que tratar; Cierra, que
hace frío.
2.5.2. Se escribe coma cuando las oraciones subordinadas condicionales
(introducidas por si, siempre y cuando, en caso
de que…), concesivas (introducidas por aunque, a pesar
de que…), finales (introducidas por para que, «para +
infinitivo», a fin de que…) y temporales (introducidas por cuando, antes
de, «al + infinitivo»…) preceden a la principal: Si
vas a llegar tarde, no dejes de avisarme; Aunque no lo creas, es
verdad; Para tener un pelo sano, hay que cuidarlo; Antes
de entrar, dejen salir. Si la subordinada es muy breve, puede prescindirse
de la coma: Si lo sé no vengo; Cuando quieras quedamos.
2.5.3. Se escribe coma delante de las oraciones subordinadas ilativas
―las encabezadas por conque, así que, de manera
que, etc.―: Hemos terminado, conque vámonos a casa; Prometiste
acompañarla, así que ahora no te hagas el remolón. Es incorrecto escribir
coma tras la conjunción o locución conjuntiva ilativa: ⊗Hemos terminado, conque, vámonos a casa.
2.6. Para marcar una elisión verbal. Se escribe coma
para separar el sujeto de los complementos verbales cuando el verbo está
elidido por haber sido mencionado con anterioridad o estar sobrentendido:
Su hijo mayor es rubio; el pequeño, moreno.
Nueve por tres, veintisiete.
2.7. Para distinguir entre sentidos posibles de un mismo
enunciado. Una misma secuencia de palabras puede tener varios
significados dependiendo de cómo esté puntuada: Me he vestido, como me
indicaron (me indicaron que me vistiera) / Me he vestido como
me indicaron (me indicaron cómo debía vestirme). Si no se coloca coma
detrás de mientras, esta palabra es conjunción: Mientras
hizo lo que debía y todo salió bien, no hubo problemas; si va seguida de
una coma, es un adverbio de tiempo: Mientras, hizo lo que debía y todo
salió bien. Algo parecido ocurre con luego, que puede ser
adverbio ('después, más tarde'): Yo no estuve allí luego, me lo perdí;
o conjunción ilativa ('así que'): Yo no estuve allí, luego me lo perdí.
De la misma manera, el adverbio así pasa de ser un conector
oracional equivalente a 'entonces, por consiguiente' cuando va
seguido de coma (Así, no hubo quien lo convenciera) a ser un modificador
verbal que significa 'de esa manera' cuando no la lleva (Así no
hubo quien lo convenciera).
2.8. En otros contextos
2.8.1. En la datación de cartas y documentos, se escribe coma entre el
lugar y la fecha: Santiago, 8 de enero de 1999; En
Cartagena, a 16 de marzo de 2000; o entre el día de la semana y el del
mes: Lunes, 23 de enero de 2002 (→ fecha, 4).
2.8.2. En las direcciones, en España se escribe coma entre el nombre de
la calle y el número del inmueble: calle del Sol, 34; avenida
de la Constitución, número 2.
2.8.3. Se separan mediante coma el nombre de una colección y el número
del volumen correspondiente: Biblioteca de Autores Españoles, 24; Colección
Melibea, 5.
2.8.4. Se usa la coma para separar los componentes de un nombre o
expresión cuando, para integrarlos en una lista alfabética (bibliografía,
índice, etc.), se ha invertido el orden normal de sus elementos:
Bello, Andrés: Gramática…
Cuervo, Rufino José: Diccionario
de construcción…
― acentuación, reglas de
― puntuación, signos de
3. No se usa coma
3.1. Es incorrecto escribir coma entre el sujeto y el verbo de una
oración, incluso cuando el sujeto está compuesto de varios elementos separados
por comas: ⊗Mis padres, mis tíos, mis abuelos, me felicitaron
ayer. Cuando el sujeto es largo, suele hacerse
oralmente una pausa antes del comienzo del predicado, pero esta pausa no debe
marcarse gráficamente mediante coma: Los alumnos que no hayan entregado
el trabajo antes de la fecha fijada por el profesor | suspenderán
la asignatura.
Dos son las excepciones a esta regla: cuando
el sujeto es una enumeración que se cierra con etcétera (o su
abreviatura etc.) y cuando inmediatamente después del sujeto se
abre un inciso o aparece cualquiera de los elementos que se aíslan por comas
del resto del enunciado. En esos casos aparece necesariamente una coma delante
del verbo de la oración: El novio, los parientes, los
invitados, etc., esperaban ya la llegada de la novia; Mi
hermano, como tú sabes, es un magnífico deportista.
Cuando el sujeto o el predicado están
constituidos por construcciones correlativas con bien…, bien…, ora…,
ora… o ya…, ya… (→ 2.4.5), el uso de coma entre ellos es opcional: Los niños ya
saltaban, ya se tumbaban en la hierba / Los niños, ya
saltaban, ya se tumbaban en la hierba; Animaban a los jugadores ora
los partidarios de un equipo, ora los del otro / Animaban a
los jugadores, ora los partidarios de un equipo, ora los del otro.
3.2. No se escribe coma entre el verbo y el atributo, el complemento
directo, el complemento indirecto, el complemento de régimen o el complemente
agente. Cuando estos complementos anticipan su aparición, no debe escribirse
coma cuando la intención es destacar o enfatizar el elemento anticipado: Vergüenza
debería darte; Muy contento estás tú. Sin embargo, cuando el
elemento anticipado simplemente expresa el tema del que se va a decir algo, la
coma es opcional: De dinero, no hablamos nunca / De
dinero no hablamos nunca; Carne, no suelo comer mucha / Carne
no suelo comer mucha; A los chicos, les sienta bien el deporte / A
los chicos les sienta bien el deporte. La presencia de la coma en estos
casos es más conveniente cuanto más largo es el fragmento anticipado: La
costumbre de hacer regalos a los niños cuando terminan las clases, nunca la
hemos seguido en mi casa.
3.3. No se escribe coma entre los miembros de las conjunciones
discontinuas ni… ni…, o… o… y tanto… como…: No
le gusta ni cantar ni bailar; Llámame o a las cuatro o a las cinco; Quedaron
dañados tanto el tejado como la fachada del edificio.
3.4. No se escribe coma entre los dos miembros de las construcciones
consecutivas ―introducidos por las correlaciones tal(es)… que, tan…
que, tanto(s)/tanta(s)… que, de tal manera… que― ni
entre los dos miembros de las comparativas ―introducidos por más…
que/de, menos… que/de, tan… como, tanto(s)/tanta(s)…
como―: «Dependían tanto uno del otro que la confianza era
imposible» (Saer Entenado [Arg. 1988]); «La
situación había llegado a tal punto que ya no era posible ocultarla» (UPietri Visita [Ven.
1990]); «Más aplausos consigue un acordeonero compositor que uno que no
lo es» (Cuello Ángel [Col. 2001]).
3.5. No se escribe coma detrás de las conjunciones, como pero, porque, pues, etc.,
cuando preceden a una oración interrogativa o exclamativa: Pero ¿dónde
vas a estas horas?; Porque ¿de qué servirá?; Pues ¡qué
barbaridad!
3.6. Aunque oralmente vaya seguido de una pausa, no se escribe coma
tras el relativo compuesto el cual, lo(s) cual(es), la(s)
cual(es): Trasladaron cien obras, muchas de las cuales estaban
dañadas.
3.7. No debe escribirse coma en las duplicaciones de carácter
intensivo: Esta chica está alta alta [= muy alta]; La
casa estaba lejos lejos [= muy lejos]; Quiero un café café [=
un café auténtico, puro].
3.8. La escritura de una coma tras las fórmulas de saludo en cartas y
documentos es un anglicismo ortográfico que debe evitarse; en español se
emplean en ese caso los dos puntos (→ dos puntos, 2.9): ⊗Querido amigo, / Te escribo esta carta para
comunicarte…; debe escribirse Querido amigo: / Te
escribo esta carta para comunicarte…
4. Combinación con otros signos
4.1. La coma puede concurrir con cualquier signo de puntuación, excepto
con el punto, el punto y coma o los dos puntos. Cuando se combina con puntos
suspensivos o con signos de cierre de paréntesis, rayas, comillas, interrogación
o exclamación, se escribe siempre detrás de ellos y seguida de minúscula:
Esto…, me pregunto si… María irá a la fiesta.
Dime ―y no quiero excusas―, ¿por qué no has
llamado antes?
Quise saludarlo, pero, ¿sabes?, no me atreví.
4.2. Cuando la coma sigue a una abreviatura, debe mantenerse el punto
abreviativo: Martillos, alicates, destornillador, etc., son
imprescindibles en una caja de herramientas.
4.3. Sobre la colocación de las llamadas de nota cuando concurren con
signos de puntuación, → llamada de
nota, 3.
5. Usos no lingüísticos
En España y amplias zonas de América, separa
la parte entera de la parte decimal en los números escritos con cifras: π =
3,1416… En algunas áreas hispanohablantes se usa para ello el punto
(→ punto, 4.4): π = 3.1416… Ambas opciones son válidas de
acuerdo con la normativa internacional.
Comillas:
comillas
1. Signo de puntuación doble del cual se usan diferentes tipos en
español: las comillas angulares, también llamadas latinas o españolas («
»), las inglesas (" ") y las simples (' '). Las comillas inglesas y
las simples se escriben en la parte alta del renglón, mientras que las
angulares se escriben centradas. En los textos impresos, se recomienda utilizar
en primera instancia las comillas angulares, reservando los otros tipos para
cuando deban entrecomillarse partes de un texto ya entrecomillado. En este
caso, las comillas simples se emplearán en último lugar: «Antonio me
dijo: "Vaya 'cacharro' que se ha comprado Julián"». Las comillas
se escriben pegadas a la primera y la última palabra del periodo que enmarcan,
y separadas por un espacio de las palabras o signos que las preceden o las
siguen; pero, si lo que sigue a las comillas de cierre es un signo de
puntuación, no se deja espacio entre ambos.
2. Usos
a) Para enmarcar la reproducción de citas textuales: Como
dijo Ramón y Cajal, «todo hombre puede ser, si se lo propone, escultor de su
propio cerebro». Cuando se intercala un comentario del transcriptor de la
cita, este debe enmarcarse entre rayas (→ raya, 2.4), sin
necesidad de cerrar las comillas para volverlas a abrir después del
inciso: «Es imprescindible ―señaló el ministro― que se refuercen los
controles sanitarios en las fronteras».
También se encierran entre comillas las
palabras textuales que se reproducen dentro de un enunciado en estilo
indirecto: «Desde Medicus Mundi reconocieron ayer sentir
"impotencia y congoja" por este asesinato y exigieron "un
compromiso de las autoridades para el esclarecimiento de estos graves
hechos"» (País@ [Esp.] 12.6.2000). La inclusión, a través de las comillas, de un
texto literal dentro de un enunciado en estilo indirecto es aceptable siempre y
cuando no se incumpla alguna de las condiciones impuestas por dicho estilo,
como, por ejemplo, la correlación de tiempos verbales o los cambios en
determinados pronombres o adverbios. No sería aceptable, por tanto, un
enunciado como el siguiente: ⊗Mi madre nos recomendó que «no salgáis a la calle sin abrigo».
b) Para encerrar, en las obras literarias de carácter narrativo, los
textos que reproducen de forma directa los pensamientos de los
personajes: «"Esto empieza mal", pensó Bastidas
malhumorado» (Chavarría Rojo [Ur. 2002]).
c) En las citas y pensamientos entrecomillados que constan de varios
párrafos, se colocan comillas de cierre al comienzo de cada uno de ellos
(salvo, claro está, en el primero, que se inicia con comillas de apertura):
Dice Rafael Lapesa en su obra Historia de la lengua española, a propósito de los germanos:
«En el año 409 un conglomerado de pueblos
germánicos ―vándalos, suevos y alanos― atravesaba el Pirineo y caía sobre
España […].
»Así quedó cumplida la amenaza que secularmente venía pesando desde el Rhin y
el Danubio».
Estas comillas, llamadas comillas de
continuación o comillas de seguir, se utilizan también en
las obras narrativas cuando la intervención de un personaje en un diálogo ocupa
más de un párrafo. En este caso, no aparecen comillas de apertura y el párrafo
final no termina con comillas de cierre:
―¿Qué ha pasado? ¿Qué hace usted aquí?
―Es largo de contar, pero intentaré ser claro y no detenerme en detalles.
»Ayer, cuando tenía todo listo para irme al aeropuerto, recibí una llamada
misteriosa que me invitaba a no viajar […].
»Por eso no me he ido.
―Creo que es lo mejor que ha podido hacer.
Por lo que se refiere a las citas de varios
párrafos, lo normal hoy es reproducirlas con sangrado respecto del resto del
texto y generalmente en un cuerpo menor. En ese caso, ya no son necesarias las
comillas:
Dice Rafael Lapesa en su obra Historia de la lengua española, a propósito de los germanos:
En el año 409 un conglomerado de pueblos
germánicos ―vándalos, suevos y alanos― atravesaba el Pirineo y caía sobre
España […].
Así quedó cumplida la amenaza que secularmente venía pesando desde el Rhin y
el Danubio.
d) Para indicar que una palabra o expresión es impropia, vulgar,
procede de otra lengua o se utiliza irónicamente o con un sentido
especial: Dijo que la comida llevaba muchas «especies»; En
el salón han puesto una «boiserie» que les ha costado un dineral; Parece
que últimamente le va muy bien en sus «negocios». En textos impresos o
electrónicos escritos en letra redonda, es más frecuente y recomendable
reproducir los extranjerismos crudos en letra cursiva que entre comillas.
e) Cuando en un texto manuscrito se comenta un término o expresión
desde el punto de vista lingüístico, estos se escriben entrecomillados: La
palabra «cándido» es esdrújula. En los textos no manuscritos, en lugar de
usar las comillas, se escribe el término en un tipo de letra diferente al de la
frase en que va inserto (en cursiva si el texto normal va en redonda, o en
redonda si el texto normal va en cursiva).
f) En obras de carácter lingüístico, las comillas simples se utilizan
para enmarcar los significados: La voz apicultura está
formada a partir de los términos latinos apis 'abeja' y cultura 'cultivo,
crianza'.
g) Se usan las comillas para citar el título de un artículo, un
poema, un capítulo de un libro, un reportaje o, en general, cualquier parte
dependiente dentro de una publicación; los títulos de los libros, por el
contrario, se escriben en cursiva cuando aparecen en textos impresos en letra redonda
(o viceversa, en redonda si el texto normal va en cursiva): Ha
publicado un interesante artículo titulado «El léxico de hoy» en el libro El
lenguaje en los medios de comunicación, obra en la que han participado
varios autores. Cuando los textos que forman parte de una obra mayor se
citan solos, y no junto con el título de la publicación a la que pertenecen,
puede optarse por el uso de comillas o de cursiva.
También se usan las comillas para aislar el
título de una obra citado dentro de otro título (La monografía Las
definiciones de los elementos químicos en el «Diccionario de la lengua
española» se publicó en 1989), así como los títulos de ponencias,
discursos, conferencias o exposiciones si se citan dentro de un enunciado (El
rey inauguró la exposición «Goya y su tiempo»).
h) Cuando se mencionan en el interior de un texto, se delimitan con
comillas los lemas, consignas y eslóganes: Mandela buscó la
reconciliación bajo el lema «Un equipo, un país».
3. Combinación con otros signos
a) El punto, la coma, el punto y coma y los dos puntos se escriben
siempre después de las comillas de cierre:
Sus palabras fueron: «No lo haré»; pero al
final nos ayudó.
Según los estatutos, «cualquier miembro de la
corporación puede ser elegido presidente». La realidad, sin embargo, es otra.
También se ha de colocar el punto tras las
comillas de cierre cuando el texto entrecomillado abarca todo el
enunciado: «No está el horno para bollos». Con estas palabras zanjó la
discusión y se marchó.
b) Cuando las comillas se combinan con otro signo doble, se cerrará
primero el que se haya abierto en último lugar:
«¿Qué es este paquete?», preguntaban
impacientes los niños.
¿De verdad ha dicho «hasta nunca»?
c) El texto que va dentro de las comillas tiene una puntuación independiente
y lleva sus propios signos ortográficos. Por eso, los puntos suspensivos
precederán a las comillas de cierre si se omite o se sobrentiende cierta
información del texto entrecomillado: Ya lo dijo Arquímedes: «Dadme un
punto de apoyo…». En cambio, si el texto elidido corresponde al discurso
principal, los puntos suspensivos se escriben tras las comillas de
cierre: Siempre las mismas excusas: «no me ha dado tiempo»; «se me ha
olvidado»; «no sé hacerlo»…
d) Cuando la secuencia entrecomillada aparece al final del enunciado,
debe colocarse punto detrás de las comillas de cierre incluso si estas van
precedidas de puntos suspensivos o de un signo de cierre de interrogación o
exclamación:
«Si pudiera decirle lo que pienso realmente…».
A Pedro no le resultaba fácil hablar con sinceridad.
«¿Dónde te crees que vas?». Esa pregunta lo
detuvo en seco.
e) Sobre la colocación de las llamadas de nota cuando concurren con
signos de puntuación,
Corchete:
1. Signo
de puntuación doble ([ ]) que se utiliza, por lo general, de forma parecida a
los paréntesis que incorporan información complementaria o aclaratoria. Los
corchetes se escriben pegados a la primera y la última palabra del periodo que
enmarcan, y separados por un espacio de las palabras o signos que los preceden
o los siguen (hay algunas excepciones; → 2.c); pero, si
lo que sigue al corchete de cierre es un signo de puntuación, no se deja
espacio entre ambos.
2. Usos
a) Cuando
dentro de un enunciado que va entre paréntesis es preciso introducir alguna
precisión o nota aclaratoria: Una de las últimas novelas que publicó
Galdós (algunos estudiosos consideran su obra Fortunata y Jacinta [1886-87]
la mejor novela española del siglo xix)
fue El caballero encantado (1909). Este orden de inclusión
se invierte en las fórmulas matemáticas o químicas, donde los corchetes
encierran operaciones que contienen otras ya encerradas entre
paréntesis: [(4 + 2) × (5 + 3)] − (6 − 2) (→ paréntesis, 2.i).
b) En
libros de poesía, se coloca un corchete de apertura delante de las últimas
palabras de un verso cuando no se ha transcrito en una sola línea y se termina,
alineado a la derecha, en el renglón siguiente:
«Y los ritmos indóciles
vinieron acercándose, |
juntándose en las sombras,
huyéndose y |
[buscándose». |
(Silva Obra [Col.
1880-95]) |
c) En la
transcripción de un texto, se emplean para marcar cualquier interpolación o
modificación en el texto original, como aclaraciones, adiciones, enmiendas o el
desarrollo de abreviaturas: Hay otros [templos] de esta misma época de
los que no se conserva prácticamente nada; Subió la cue[s]ta con
dificultad [en el original, cuenta]; Acabose de
imprimir el a[nno] D[omini] de 1537. Al desarrollar abreviaturas, no se
deja espacio de separación ante los corchetes de apertura. Es también usual
prescindir de corchetes y escribir el segmento reconstruido en cursiva, si el
texto está en redonda, o en redonda, si el texto está en cursiva: anno Domini.
d) En
obras de carácter lingüístico, se usan para encerrar las transcripciones
fonéticas: [eŋ'klaβ̞e] (transcripción fonética de enclave). Para
las transcripciones fonológicas se emplean las barras (→ barra, 1.e).
e) Se
usan tres puntos entre corchetes para indicar, en la transcripción de un texto,
que se ha omitido un fragmento del original: «Pensé que él no pudo ver
mi sonrisa […] por lo negra que estaba la noche» (Rulfo Páramo [Méx.
1955-80]). La cita ha de tener continuidad lógica, gramatical y ortográfica;
por tanto, cuando la marca de supresión coincida con signos de puntuación, se
conservarán los necesarios para que el fragmento resultante siga estando
correctamente puntuado: «¡Qué extraña familia […]! ¡Qué
extraña y qué terrible!» (Gasulla Culminación [Arg.
1975]); «Cuando una mujer […] lograba desafiar a la
opinión imperante […], se debía considerar a sí misma como una
heroína» (MtnGaite Dieciocho [Esp. 1972]). Cuando la
reproducción de la cita queda incompleta por su parte inicial o final, se
prescinde de los corchetes para encerrar los puntos (→ puntos suspensivos, 2.2.e).
3. Combinación
con otros signos. Es idéntica a la de los paréntesis (→ paréntesis, 3).
Dos
puntos:
dos puntos
1. Signo de puntuación (:) que delimita unidades lingüísticas y cuya
función es detener el discurso para llamar la atención sobre lo que sigue, que
siempre está en estrecha relación con el texto precedente; une, pues, a su
función delimitadora un valor anunciativo. Presenta, además, usos no
lingüísticos (→ 4). Como
signo de puntuación, se escribe pegado a la palabra o el signo antecedente, y
separado por un espacio de la palabra o el signo siguiente.
2. Usos lingüísticos
2.1. Se escriben dos puntos ante enumeraciones de carácter explicativo,
las cuales van precedidas de un elemento anticipador: Ayer me
compré dos libros: uno de
Carlos Fuentes y otro de Cortázar. No se usan los dos puntos en las
enumeraciones que carecen de elemento anticipador: ⊗En la reunión había representantes de: Bélgica, Holanda y Luxemburgo; ⊗Mis aficiones son: leer, viajar y montar en
bicicleta. Esto solo es posible si la enumeración está
dispuesta en forma de lista:
Mis aficiones son:
― leer
― viajar
― montar en bicicleta
2.2. Cuando se anticipan los elementos de la enumeración, los dos
puntos sirven para cerrarla y dar paso al concepto que los engloba: Natural,
sana y equilibrada: así debe
ser una buena alimentación.
2.3. Sirven para separar una ejemplificación del elemento anticipador
que la introduce: De vez en cuando tiene algunos comportamientos inexplicables: hoy ha venido a la
oficina en zapatillas.
2.4. Preceden a la reproducción de citas o palabras textuales, que
deben escribirse entre comillas: Ya lo dijo Ortega y Gasset: «La
claridad es la cortesía del filósofo».
2.5. Se usan también para conectar oraciones relacionadas entre sí sin
necesidad de emplear otro nexo. Son varias las relaciones que pueden expresar:
a) Causa-efecto: Se ha quedado sin trabajo: no podrá ir de
vacaciones este verano.
b) Conclusión, consecuencia o resumen de la oración anterior: El
arbitraje fue injusto y se cometieron demasiados errores: al final se perdió el
partido. En este caso se usa también el punto y coma (→ punto y
coma, 3.a).
c) Verificación o explicación de la oración anterior, que suele tener
un sentido más general: La paella es un plato muy completo y nutritivo:
tiene la fécula del arroz, las proteínas de sus carnes y pescados, y la fibra
de sus verduras. En este caso se usa también el punto y coma (→ punto y
coma, 3.a).
2.6. Sirven para detener el discurso, con intención enfática, tras
conectores discursivos de carácter introductorio, como a saber, ahora
bien, pues bien, esto es, dicho de otro
modo, en otras palabras, más aún… La oración que
los sigue se inicia con minúscula: Nunca me ha molestado colaborar.
Dicho de otro modo: me gusta ayudar a los demás; ¿Recuerdas lo que
te conté de Ramiro? Pues bien: ha vuelto a hacerlo. En la mayoría de estos
casos los dos puntos son sustituibles por la coma. La diferencia entre el uso
de uno u otro signo está en que con la coma el énfasis desaparece y la
expectación creada en el lector con respecto a lo que se va a decir es menor.
2.7. En títulos es frecuente su uso para separar el concepto general
del aspecto parcial del que va a tratarse: La literatura medieval:
estudio comparativo de los principales motivos recurrentes.
2.8. Separan los epígrafes internos de un libro del texto que los sigue
cuando este comienza en la misma línea: La Revolución Industrial: Su
origen hay que situarlo en Gran Bretaña, alrededor de 1780, cuando… Para
ello se usa también la raya precedida de un punto (→ raya, 3.4.a), aunque
la opción preferida hoy es el punto.
2.9. Se emplean tras las fórmulas de saludo en el encabezamiento de
cartas y documentos. En este caso, la palabra que sigue a los dos puntos, y que
inicia el cuerpo de la carta, se escribe con inicial mayúscula y en línea
aparte (→ mayúsculas, 3.4.a): Muy
señor mío: / Le agradeceré que en el plazo más breve posible… Es
costumbre anglosajona, que debe evitarse en español, utilizar la coma en lugar
de los dos puntos: ⊗Querido amigo, / Te escribo esta carta para comunicarte…
2.10. En textos jurídicos y administrativos, como decretos, sentencias,
bandos, edictos, certificados o instancias, se colocan después del verbo que
presenta el objetivo fundamental del documento y que va escrito enteramente en
mayúscula (→ mayúsculas, 6.h). La
primera palabra que sigue a dicho verbo se escribe con inicial mayúscula y en
párrafo aparte (→ mayúsculas, 3.4.f): CERTIFICA:
/ Que D. José Álvarez García ha seguido con aprovechamiento el Curso de… Solamente
en este caso los dos puntos son compatibles con la conjunción
subordinante que.
2.11. Es incorrecto escribir dos puntos entre una preposición y el
sustantivo o sustantivos que esta introduce: ⊗La obra estuvo coordinada por: Antonio Sánchez.
2.12. Debe evitarse el uso repetido de los dos puntos en un mismo
enunciado: ⊗Se requieren dos tratamientos: uno físico y
otro psicológico: el primero con un fisioterapeuta y el segundo con un equipo
de psicólogos. Debió escribirse Se requieren dos
tratamientos, uno físico y otro psicológico: el primero con un fisioterapeuta y
el segundo con un equipo de psicólogos.
3. Combinación con otros signos
3.1. Los dos puntos pueden concurrir con cualquier signo de puntuación,
excepto con el punto, la coma o el punto y coma. Cuando se combinan con puntos
suspensivos o con signos de cierre de paréntesis, rayas, comillas,
interrogación o exclamación, se escriben siempre detrás de ellos y seguidos de
minúscula:
Intriga, humor, crítica social…: todos estos
ingredientes en una película única.
Ingredientes (para dos personas): dos
berenjenas, un cuarto de carne picada…
¿Qué hizo entonces?: salir corriendo.
3.2. Cuando los dos puntos siguen a una abreviatura, esta conserva el
punto abreviativo: P. D.: Espero tu respuesta.
3.3. Sobre la colocación de las llamadas de nota cuando concurren con
signos de puntuación, → llamada de
nota, 3.
4. Usos no lingüísticos
4.1. Se emplean, de acuerdo con la norma internacional, para separar
las horas de los minutos en la expresión de la hora. No debe dejarse espacio de
separación entre los dos puntos y las cifras colindantes: 15:30 h.
En el uso común, fuera de contextos técnicos, los dos puntos pueden alternar
con el punto (→ punto, 4.1).
4.2. Indican división en expresiones matemáticas. En este caso, se
escriben con espacio de separación respecto de las cifras colindantes: 8
: 2 = 4. En este uso alternan con la barra (→ barra, 1.i).
Signos de
interrogación y exclamación:
signos
de interrogación y exclamación
1. Los signos de interrogación (¿?)
y de exclamación (¡!) son signos de puntuación dobles cuya función principal es
delimitar, respectivamente, las secuencias interrogativas y exclamativas
directas. Se escriben pegados a la primera y la última palabra del periodo que
enmarcan, y separados por un espacio de las palabras que los preceden o los
siguen; pero, si lo que sigue al signo de cierre es otro signo de puntuación,
no se deja espacio entre ambos: Vamos a ver…
¡Caramba!, ¿son ya las tres?; se me ha hecho tardísimo.
2. Indicaciones
sobre el uso correcto de ambos signos
2.1. Los signos de apertura (¿, ¡)
son característicos del español y no deben suprimirse por imitación de otras
lenguas en las que únicamente se coloca el signo de cierre: ⊗Qué hora es?; ⊗Qué alegría verte! Lo
correcto es ¿Qué hora es?; ¡Qué alegría verte! La escritura de los signos
de apertura resulta útil para indicar el punto en que se inicia la secuencia
interrogativa o exclamativa, ya que el español no cuenta con introductores
peculiares (como el auxiliar do en
inglés o la fórmula interrogativa est-ce que en
francés) ni con un orden de palabras específico para esas construcciones. Solo
en algunos usos especiales se prescinde de los signos de apertura (→ 4.1 y 4.4).
2.2. Los signos de apertura (¿, ¡)
se han de colocar justo donde empieza la pregunta o la exclamación (es decir,
donde empieza la entonación interrogativa o exclamativa), aunque no se
corresponda con el inicio del enunciado; en ese caso, la interrogación o la
exclamación comienzan con minúscula (→ mayúsculas, 3.3.2.b). Normalmente quedan fuera de la pregunta o la
exclamación los siguientes segmentos:
a) Las secuencias aseverativas que
preceden a las expresiones de refuerzo denominadas apéndices
confirmativos, como ¿eh?, ¿no?, ¿verdad?, ¿ves?, ¿viste?, etc.: Hoy es tu cumpleaños, ¿no?
b) Las estructuras de valor
introductorio encabezadas por en cuanto a, con respecto a, en relación
con, etc., así como los conectores discursivos (además, ahora bien, sin embargo, así pues, por consiguiente, es decir, etc.)
y adverbios como sinceramente, francamente, brevemente, etc.,
que inciden sobre toda la oración y están orientados al hablante o al oyente
(tienen el sentido de 'te lo digo /
dímelo sinceramente, francamente…'): En
cuanto a Eva, ¿hay alguna novedad?; Por
lo demás, ¿qué aspecto tenía tu hermano?; Francamente,
¡estoy encantado! Como se ve en los ejemplos, estas secuencias
se separan con coma de la interrogativa o exclamativa (→ coma2, 2.3.4, 2.2.4 y 2.3.3).
c) Las oraciones subordinadas
condicionales, concesivas, causales y finales cuando ocupan el primer lugar del
enunciado; pero, si van al final, se consideran incluidas en la pregunta o la
exclamación:
Si encuentras trabajo, ¡qué celebración vamos a hacer! / ¡Qué celebración vamos a hacer si encuentras trabajo!
Puesto que no cabemos en un coche, ¿vamos en tren? / ¿Vamos en tren, puesto que no cabemos en un coche?
Para que te enteres, ¡no pienso cambiar de opinión! / ¡No pienso cambiar de opinión, para que te enteres!
d) Los vocativos, cuando ocupan el
primer lugar del enunciado, se escriben fuera de la pregunta; pero, si van al
final, se consideran incluidos en ella: Raquel,
¿sabes ya cuándo vendrás? / ¿Sabes
ya cuándo vendrás, Raquel? En cambio, los vocativos en posición
inicial pueden formar parte de la exclamativa o quedar fuera de ella: «¡Antonio, siéntate ahí!» (Abad Hotel [Col.
2017]); «Antonio, ¡llévate eso de aquí!» (Posadas Mateo [Ur. 2009]).
e) La conjunción pero en posición inicial puede preceder a la
secuencia interrogativa o exclamativa, o incluirse en ella: Pero ¿cómo lo encontraste? / ¿Pero cómo lo encontraste? En el caso de las
conjunciones y y o, es preferible escribirlas como parte de la pregunta
o la exclamación: ¿Y cómo lo encontraste?; ¡O no vengas si no quieres!
2.3. Cuando se escriben seguidas
varias preguntas o exclamaciones breves, se pueden considerar como oraciones
independientes o bien como partes de un único enunciado. En el primer caso,
cada interrogación o exclamación se iniciará con mayúscula:
¿Quién era? ¿De dónde salió? ¿Te dijo qué quería?
¡Cállate! ¡No quiero volver a verte! ¡Márchate!
En
el segundo caso, las diversas preguntas o exclamaciones se separarán por coma o
por punto y coma, y solo se iniciará con mayúscula la primera de ellas:
Me abordó en la calle y me preguntó: «¿Cómo te llamas?, ¿en
qué trabajas?, ¿cuándo naciste?».
¡Qué enfadado estaba!; ¡cómo se puso!; ¡qué susto nos dio!
Cuando
la exclamación está compuesta por elementos breves repetidos, los signos de
exclamación encierran todos los elementos: ¡Ja, ja,
ja!; ¡Ay, ay, ay!
2.4. Cuando inmediatamente después
de una pregunta se sugiere una posible respuesta, se recomienda escribir esta
en una interrogativa independiente, pues se trata de preguntas distintas con su
propia entonación interrogativa:
¿Qué te ofreció?, ¿un millón?
¿Qué haces? ¿Vienes o te quedas?
Pero
también es frecuente y admisible que ambos segmentos se presenten en una misma
interrogativa: ¿Qué te ofreció, un millón?; ¿Qué haces, vienes o te quedas? Debe evitarse
esta puntuación en caso de ambigüedad: ¿Quién
grita? ¿Ana? (se pregunta quién grita y se sugiere que esa
persona es Ana), distinto de ¿Quién grita, Ana? (se
pregunta a Ana quién grita).
2.5. Pueden omitirse los signos de
interrogación en los enunciados interrogativos que constituyen un título (Por quién doblan las campanas) y en las preguntas retóricas
(Dónde vas a estar mejor que aquí). En ambos
casos, es igualmente válida la escritura de dichos signos: ¿Quién teme a Virginia Woolf?; ¿Cómo quieres que lo sepa?
3. Combinación
con otros signos
3.1. No se escribe punto tras los
signos de interrogación o exclamación cuando cierran el enunciado. Lógicamente,
en este caso, la oración siguiente ha de comenzar con mayúscula (→ mayúsculas, 3.3.1): No he conseguido el
trabajo. ¡Qué le vamos a hacer! Otra vez será. Como se ve en el
ejemplo, no debe suprimirse el punto que precede a los signos de apertura.
3.2. Después de un signo de
interrogación o exclamación de cierre puede escribirse coma, punto y coma o dos
puntos, que en ese caso van seguidos de minúscula (→ mayúsculas, 3.3.2.a): «Aúllan como
demonios cuando llega la noche; ¿sabes por qué?: para quebrar el silencio que
los aterroriza» (VLlosa Ciudad [Perú
1962]).
3.3. Cuando los signos de
interrogación y exclamación se combinan con otros signos dobles (comillas,
rayas, paréntesis o corchetes), se cerrará primero el que se haya abierto en
último lugar:
«¿Qué es este paquete?», preguntaban impacientes los niños.
¿De verdad ha dicho que está «destruido»? ¡Qué exagerado!
3.4. Sobre la concurrencia con
puntos suspensivos, → puntos suspensivos, 3.4.
3.5. Sobre la colocación de las
llamadas de nota cuando concurren con signos de puntuación, → llamada de nota, 3.
4. Usos
especiales
4.1. Los signos de cierre escritos
entre paréntesis se utilizan para expresar duda (los de interrogación) o
sorpresa (los de exclamación), no exentas, en la mayoría de los casos, de
ironía: Tendría gracia (?) que hubiera perdido las
llaves; Ha terminado los estudios con
treinta años y está tan orgulloso (!).
4.2. Cuando el sentido de una
oración es interrogativo y exclamativo a la vez, pueden combinarse ambos signos,
abriendo con el de exclamación y cerrando con el de interrogación, o
viceversa: ¡Cómo te has atrevido? / ¿Cómo te has atrevido!; o, preferiblemente,
abriendo y cerrando con los dos signos a la vez: ¿¡Qué
estás diciendo!? / ¡¿Qué estás
diciendo?!
4.3. En obras literarias es posible
escribir dos o tres signos de exclamación para indicar mayor énfasis en la
entonación exclamativa: ¡¡¡Traidor!!! En
cambio, para dar énfasis a una pregunta, no es normal repetir los signos de
interrogación, sino combinar estos con los signos de exclamación (→ 4.2).
4.4. Es frecuente el uso de los
signos de interrogación en la indicación de fechas dudosas, especialmente en
obras de carácter enciclopédico. Se recomienda colocar ambos signos, el de
apertura y el de cierre: Hernández, Gregorio
(¿1576?-1636), aunque también es posible escribir únicamente el de
cierre: Hernández, Gregorio (1576?-1636).
Paréntesis:
paréntesis
1. Signo de puntuación doble con la
forma ( ) que se usa normalmente para insertar en un enunciado una información
complementaria o aclaratoria. Los paréntesis se escriben pegados a la primera y
la última palabra del periodo que enmarcan, y separados por un espacio de las
palabras que los preceden o los siguen (hay algunas excepciones; → 2.d y 2.e); pero, si lo que sigue al signo de cierre de
paréntesis es un signo de puntuación, no se deja espacio entre ambos.
2. Usos
a) Cuando se interrumpe el
enunciado con un inciso aclaratorio o accesorio: Las
asambleas (la última duró casi cuatro horas sin ningún descanso) se celebran en
el salón de actos. Aunque también las comas (→ coma2, 2.1) y las rayas (→ raya, 2.1) se utilizan para enmarcar incisos, el uso de los
paréntesis implica un mayor grado de aislamiento de la información que
encierran con respecto al texto en el que se inserta. Por ello, los incisos
entre paréntesis suelen ser oraciones con sentido pleno y poca o nula
vinculación sintáctica con los elementos del texto principal.
b) Para intercalar algún dato o
precisión, como fechas, lugares, el desarrollo de una sigla, el nombre de un
autor o de una obra citados, etc.: El año de
su nacimiento (1616) es el mismo en que murió Cervantes; Toda su familia nació en Guadalajara (México); La OPEP (Organización de Países Exportadores de
Petróleo) ha decidido aumentar la producción de crudo; «Más obran quintaesencias que fárragos» (Gracián).
c) Para encerrar, en las obras
teatrales, las acotaciones del autor o los apartes de los personajes: «Bernarda. (Golpeando con el bastón en el
suelo). ¡No os hagáis ilusiones de que vais a poder
conmigo!» (GaLorca Bernarda [Esp.
1936]).
«Inés. |
|
¡Ay, Jesús! |
Brígida. |
|
¿Qué
es lo que os da? |
Inés. |
|
Nada, Brígida, no es nada. |
Brígida. |
|
No, no; si estáis inmutada. |
(Zorrilla Tenorio [Esp.
1844-1852]) |
Si
las acotaciones del autor son exentas, no insertas en la réplica de un
personaje, no es necesario escribirlas entre paréntesis. Como se ve en los
ejemplos, los apartes de los personajes mantienen el estilo de letra del resto
de la intervención ―cursiva en este caso―, mientras que las acotaciones del
autor presentan un resalte inverso al del contexto en el que aparecen.
d) Para introducir opciones en un
texto. En estos casos se encierra entre paréntesis el elemento que constituye
la alternativa, sea este una palabra completa, sea uno de sus segmentos: En el documento se indicará(n) el (los) día(s) en que haya
tenido lugar la baja; Se necesita
chico(a) para repartir pedidos. Como se ve en los ejemplos, los
paréntesis que añaden segmentos van pegados a la palabra a la que se refieren.
En este uso, el paréntesis puede alternar con la barra (→ barra, 1.b).
e) Para desarrollar las
abreviaturas o reconstruir las palabras incompletas del texto original cuando
se reproducen o transcriben textos, códices o inscripciones. Los elementos que
se añaden van entre paréntesis y sin espacios de separación: Imp(eratori) Caes(ari). En estos casos se recomienda
utilizar con preferencia los corchetes (→ corchete, 2.c). Es también usual prescindir de paréntesis o
corchetes y escribir el segmento reconstruido en cursiva, si el texto está en
redonda, o en redonda, si se trata de un texto en cursiva: Imperatori Caesari.
f) En la reproducción de citas
textuales, se usan tres puntos entre paréntesis para indicar que se omite un
fragmento del original: «Pensé que él no pudo ver mi sonrisa (…) por lo negra que estaba la
noche» (Rulfo Páramo [Méx.
1955]). En estos casos es más frecuente y recomendable el uso de los
corchetes (→ corchete, 2.e). Cuando la reproducción de la cita queda
incompleta por su parte inicial o final, se prescinde de los paréntesis o los
corchetes para encerrar los puntos (→ puntos suspensivos, 2.2.e).
g) Para delimitar algunas
abreviaturas que no se cierran con punto ni con barra: (a) por alias, (e) por encargado (→ abreviatura, 8.a).
h) Las letras o números que
introducen elementos de una clasificación o enumeración pueden escribirse entre
paréntesis o, más frecuentemente, seguidas solo del paréntesis de cierre:
Los libros podrán encontrarse en los lugares siguientes:
(a) en los estantes superiores de la sala de juntas;
(b) en los armarios de la biblioteca principal.
O
bien:
Los libros podrán encontrarse en los lugares siguientes:
a) en los estantes superiores de la sala de juntas;
b) en los armarios de la biblioteca principal.
i) En las fórmulas matemáticas o
químicas, los paréntesis sirven para aislar operaciones que forman parte de una
serie; para enmarcar operaciones que contienen otras ya encerradas entre
paréntesis, se utilizan los corchetes (→ corchete, 2.a): [(4 + 2) × (5 + 3)] − (6 − 2).
3. Combinación
con otros signos
a) El punto, la coma, el punto y
coma y los dos puntos se escriben siempre después del paréntesis de cierre:
Llevaban casados mucho tiempo (el año pasado cumplieron sus
bodas de oro), pero nunca lograron entenderse.
Se llama Elvira Muñoz (si no recuerdo mal).
También
se ha de colocar el punto tras el paréntesis de cierre cuando el texto entre
paréntesis abarca todo el enunciado: La escuela ha
convocado una nueva edición de su concurso literario. (Consulta las bases en
nuestra página web).
b) No debe colocarse ningún signo
de puntuación que no fuera necesario si se suprimieran los paréntesis; por
ello, si el texto entre paréntesis está situado entre el sujeto y el verbo de
la oración, nunca debe escribirse coma después del paréntesis de cierre, pues es
incorrecto que sujeto y verbo vayan separados por coma (→ coma2, 3.1): ⊗Las asambleas (la última duró casi cuatro horas sin ningún
descanso), se celebran en el salón de actos.
c) Cuando los paréntesis se
combinan con otro signo doble, se cerrará primero el que se haya abierto en
último lugar:
«No estoy seguro de esto (¿por qué habría de estarlo?)»,
señaló.
¿Cuántos países integran la ONU (Organización de las
Naciones Unidas)?
d) El texto contenido dentro de los
paréntesis tiene una puntuación independiente. Por eso, si se omite o se
sobrentiende cierta información del texto escrito entre paréntesis, los puntos
suspensivos preceden al paréntesis de cierre: La
manía de Ernesto por el coleccionismo (lo colecciona todo: sellos, monedas,
relojes, plumas, llaveros…) ha convertido su casa en un almacén. En
cambio, si el texto elidido o sobrentendido corresponde al discurso principal,
los puntos suspensivos se escriben tras el paréntesis de cierre: Visitamos el museo de la ciudad, las calles del centro
histórico, las montañas cercanas (una maravilla)… Acabamos agotados.
e) Cuando la secuencia parentética
aparece al final del enunciado, debe colocarse punto detrás del paréntesis de
cierre incluso si este va precedido de puntos suspensivos o de un signo de
cierre de interrogación o exclamación:
Está encantado con su nuevo Picasso (yo diría que es falso,
pero…).
Se puso a gritar como un loco (¡vaya genio que tiene el
amigo!).
f) Sobre la colocación de las
llamadas de nota cuando concurren con signos de puntuación, → llamada de nota, 3.
Punto:
punto
1. Signo ortográfico (.) que se usa principalmente como signo de
puntuación (→ 2).
Presenta, además, otras funciones lingüísticas (→ 3) y no
lingüísticas (→ 4).
2. Signo de puntuación
Su función es señalar gráficamente el final de
un enunciado ―que no sea interrogativo o exclamativo, o que no se cierre con
puntos suspensivos―, de un párrafo o de un texto. Se escribe sin separación de
la palabra que lo precede y separado por un espacio de la palabra o el signo
que lo sigue. La palabra que sigue al punto de cierre de enunciado se escribe
siempre con inicial mayúscula.
2.1. Nombres. Recibe distintos nombres, según marque
el final de un enunciado, un párrafo o un texto:
a) Si se escribe al final de un enunciado y a continuación se inicia
otro sin cambiar de párrafo, se denomina punto y seguido (pl. puntos
y seguido), nombre más lógico y recomendable que el también usual de punto
seguido (pl. puntos seguido o puntos seguidos;
la primera opción se justifica por conservar ahí seguido su
carácter adverbial y, por tanto, invariable). Si el punto y seguido coincide
con el final de una línea, se comienza a escribir en la siguiente con el mismo
margen, sin sangrado inicial. El punto y seguido es, pues, el que separa los
enunciados que integran un párrafo.
b) Si se escribe al final de un párrafo y el enunciado siguiente
inicia un párrafo nuevo, se denomina punto y aparte (pl. puntos
y aparte), aunque en algunas zonas de América se dice punto aparte (pl. puntos
aparte). Para facilitar la distinción entre párrafos, puede darse a la primera
línea de cada uno de los que siguen al párrafo inicial un margen algo mayor, de
modo que quede sangrada. Ejemplo:
Estuvo
rondando la casa varias horas, silbando claves privadas, hasta que la
proximidad del alba lo obligó a regresar. En el cuarto de su madre, jugando con
la hermanita recién nacida y con una cara que se le caía de inocencia, encontró
a José Arcadio.
Úrsula había cumplido apenas su reposo de
cuarenta días, cuando volvieron los gitanos. Eran los mismos saltimbanquis y
malabaristas que llevaron el hielo.
(GaMárquez Años [Col.
1967])
Si se prescinde de la sangría, debe dejarse
una línea en blanco después de cada párrafo. El punto y aparte es, pues, el que
separa dos párrafos distintos, que suelen desarrollar, dentro de la unidad del
texto, ideas o contenidos diferentes.
c) Si se escribe al final de un escrito o de una división mayor del
texto, se denomina punto final (pl. puntos finales).
No es correcta la denominación ⊗punto y final, creada por analogía de las correctas punto
y seguido y punto y aparte (→ 2.1.a y 2.1.b).
2.2. Contextos en los que no se escribe punto final
a) Títulos y subtítulos de libros, artículos, capítulos, obras de
arte, etc., cuando aparecen aislados constituyendo el único texto de la
línea o líneas que ocupan:
Cien años
de soledad
b) Títulos y cabeceras de cuadros y tablas.
c) Nombres de autor en cubiertas, portadas, prólogos, firmas de
cartas y otros documentos, o en cualquier otra ocasión en que aparezcan
aislados:
Fdo.: Jesús
García
d) Las indicaciones de lugar y fecha que encabezan cartas y
documentos.
e) Expresiones simples dentro de celdas de tablas y otros espacios
bien delimitados. Si se trata de expresiones complejas y contienen puntuación
interna, se recomienda escribir el punto.
2.3. Contextos en los que puede prescindirse del punto final
a) Textos de señales y carteles.
b) Enunciados de eslóganes publicitarios cuando aparecen aislados
constituyendo el único texto de la línea o líneas que ocupan.
c) Pies de imágenes, siempre que sean breves y se acerquen a la
condición de etiquetas o rótulos. Cuanto mayor sea su extensión y complejidad
sintáctica, mayor tendencia a la escritura de punto.
d) Dedicatorias que se sitúan al principio de los escritos, salvo que
sean muy complejas u ocupen varios párrafos.
e) En las aplicaciones de mensajería instantánea, especialmente
cuando el mensaje está constituido por un solo enunciado. No debe trasladarse
esta licencia a la escritura ordinaria.
2.4. Combinación con otros signos
a) El punto se escribirá siempre detrás de las comillas, los
paréntesis y las rayas de cierre: Dijo: «Tú y yo hemos terminado». Tras
estas palabras se marchó, dando un portazo. (Creo que estaba muy enfadada). En
la calle la esperaba Emilio ―un buen amigo―. Este, al verla llegar, sonrió.
b) No debe escribirse punto tras los signos de cierre de
interrogación o de exclamación, aunque con ellos termine el enunciado; está,
pues, incorrectamente puntuada la secuencia siguiente: ⊗¿Quieres darte prisa?. ¡Vamos a llegar tarde por tu culpa!. Pero ¿se
puede saber qué estás haciendo?. Solo
debe escribirse punto si tras los signos de interrogación o de exclamación hay
paréntesis o comillas de cierre:
Se puso a gritar como un loco (¡vaya genio que
tiene el amigo!).
Me preguntó muy serio: «¿De veras puedo contar
contigo?».
Naturalmente, sí se escribe el punto que
precede a los signos de apertura de interrogación y exclamación: No
encuentro el martillo. ¿Lo tienes tú?
c) Nunca se escribe otro punto tras los puntos suspensivos cuando
estos cierran un enunciado: Le gusta todo tipo de cine: negro,
histórico, de aventuras… Es un cinéfilo empedernido.
d) Si el punto de una abreviatura coincide con el punto de cierre del
enunciado, solo debe escribirse un punto, nunca dos: A la boda fueron
todos sus parientes: tíos, primos, sobrinos, etc. Fueron en total
ciento veinte invitados.
e) Sobre la colocación de las llamadas de nota cuando concurren con
signos de puntuación, → llamada de
nota, 3.
3. Otros usos lingüísticos
3.1. Se escribe punto detrás de las abreviaturas, con muy pocas
excepciones (→ barra, 1.c y paréntesis, 2.g): Sra., Excmo., pág., etc. Si
la abreviatura incluye alguna letra volada, el punto se coloca delante de
esta: D.ª, 1.º. Sobre la combinación del punto abreviativo con
los signos de puntuación, → abreviatura, 8.a.
3.2. En textos lingüísticos, se utiliza el punto para indicar la
frontera entre las sílabas de una palabra en las transcripciones fonéticas y
fonológicas: /at.lán.ti.ko/ o /a.tlán.ti.ko/. En este caso, el
punto va pegado a los signos que lo preceden y que lo siguen. Sobre el uso del
guion como separador silábico, → guion2, 3.2.
4. Usos no lingüísticos
4.1. En el uso común, separa las horas de los minutos cuando se expresa
numéricamente la hora: 8.30 h, 12.00 h. Con este fin se
usan también los dos puntos, opción recomendada para textos técnicos (→ dos puntos, 4.1).
4.2. Separa, en la expresión numérica de las fechas, las indicaciones
de día, mes y año: 21.6.2000. Para ello se usan también el guion o
la barra (→ fecha, 2.c).
4.3. Colocado a media altura entre dos cantidades o expresiones
matemáticas, indica multiplicación: 5 · 4 = 20; 2 · (x + y) = 30.
En este uso, se escribe entre espacios. Con este mismo fin es más normal el uso
del símbolo tradicional en forma de aspa (×).
4.4. En algunas áreas hispanohablantes, separa la parte entera de la
parte decimal en los números escritos con cifras: π = 3.1416… En
España y amplias zonas de América se usa para ello la coma (→ coma2, 5): π =
3,1416… Ambas opciones son válidas de acuerdo con la normativa
internacional. Para señalar la ubicación de las emisoras de radio en el dial,
se ha generalizado el empleo del punto: Radio Intercontinental, 104.9.
5. Usos incorrectos
5.1. Aunque todavía es práctica común en los números escritos con
cifras separar los millares, millones, etc., mediante un punto, los
organismos internacionales de normalización establecen que se prescinda de él,
pues el hecho de que un mismo signo tenga valores contrapuestos según el área
geográfica ―separador de millares en unas y separador decimal en otras (→ 4.4)― plantea
un serio problema de ambigüedad. Para facilitar la lectura de los números cuya
parte entera conste de más de cuatro cifras, se recomienda escribirlos
separando con un pequeño espacio los grupos de tres dígitos, contados de
derecha a izquierda: 52 345; 6 462 749. Esta
recomendación no debe aplicarse en documentos contables ni en ningún tipo de
escrito en que la separación arriesgue la seguridad. No se utiliza nunca esta
separación, ni tampoco el punto (→ 5.2), cuando
el número no expresa cantidad, sino que sirve para identificar un elemento dentro
de una serie.
5.2. No debe escribirse punto tras las unidades de millar en la
expresión numérica de los años, ni en la numeración de páginas, portales de
vías urbanas y códigos postales, ni en los números de artículos, decretos o
leyes: año 1987; el 40000 a. C.; página 1150; avenida de Mayo,
1370; 28010 Madrid; Real Decreto 1099/1986.
5.3. Actualmente las siglas no llevan puntos entre las letras que las
componen (OTAN), ni siquiera cuando forman parte de un enunciado escrito
todo él en mayúsculas: CALENDARIO FISCAL PARA EL PAGO DEL IRPF (→ sigla, 4.a). Tampoco llevan
punto los símbolos (→ símbolo, 5.1).
Puntos
suspensivos
puntos suspensivos
1. Signo de puntuación formado por tres puntos consecutivos (…) ―y
solo tres―, llamado así porque entre sus usos principales está el de dejar en
suspenso el discurso. Se escriben siempre pegados a la palabra o el signo que
los precede, y separados por un espacio de la palabra o el signo que los sigue;
pero, si lo que sigue a los puntos suspensivos es otro signo de puntuación, no
se deja espacio entre ambos. Si los puntos suspensivos cierran el enunciado, la
palabra siguiente debe escribirse con mayúscula inicial: El caso es que
si lloviese… Mejor no pensar en esa posibilidad; pero, si no cierran el
enunciado y este continúa tras ellos, la palabra que sigue se inicia con
minúscula: Estoy pensando que… aceptaré; en esta ocasión debo
arriesgarme.
2. Usos
2.1. Para indicar la suspensión del discurso con fines expresivos
a) Señalan la existencia en el discurso de una pausa transitoria que
expresa duda, temor o vacilación: El niño dice que él no ha roto el
jarrón… Pero ¿quién ha sido si no?; Te llaman del hospital… Espero
que sean buenas noticias; Quería preguntarte… No sé…, bueno…, que
si quieres ir conmigo a la fiesta.
b) Dejan el enunciado en suspenso con el fin de crear expectación (Si
yo te contara…) o por cualquier otro motivo (Fue todo muy violento,
estuvo muy desagradable… No quiero seguir hablando de ello).
c) Sin valor de interrupción del discurso, señalan a veces la
existencia de pausas que demoran enfáticamente el enunciado: Ser… o no
ser… Esa es la cuestión.
2.2. Para indicar la omisión de parte del texto
a) Señalan la interrupción voluntaria de un discurso cuyo final se da
por conocido o sobrentendido por el interlocutor: A pesar de que
prepararon cuidadosamente la expedición, llevaron materiales de primera y guías
muy experimentados… Bueno, ya sabéis cómo acabó la cosa. Es especialmente
frecuente este uso cuando se reproduce un refrán o un fragmento literario de
sobra conocido: Más vale pájaro en mano…, así que dámelo ahora mismo; Y,
en mitad de la fiesta, se subió a una mesa y comenzó a recitar: «Con diez
cañones por banda…».
b) Se usan para evitar repetir la cita completa del título largo de
una obra ya mencionada: La obra Yo era un tonto y lo que he
visto me ha hecho dos tontos, de Rafael Alberti, está llena de grandes
aciertos. Los versos de Yo era un tonto… contienen algunos de
los mejores hallazgos expresivos del autor.
c) Sirven para insinuar, evitando su reproducción, expresiones o
palabras malsonantes o inconvenientes: ¡Qué hijo de… está hecho! A
veces se colocan tras la letra inicial del término que se insinúa: Vete
a la m… No te aguanto más.
d) Se emplean al final de enumeraciones abiertas o incompletas, con
el mismo valor que la palabra etcétera o su abreviatura: Puedes
hacer lo que quieras: leer, ver la televisión, oír música… Debe
evitarse, por redundante, la aparición conjunta de ambos elementos:
⊗Puedes hacer lo que quieras: leer, ver la
televisión, oír música…, etc.
⊗Puedes hacer lo que quieras: leer, ver la
televisión, oír música, etcétera…
e) Entre corchetes […] (→ corchete, 2.e) o entre
paréntesis (…) (→ paréntesis, 2.f), los
puntos suspensivos indican la supresión de una palabra o un fragmento en una
cita textual: «Fui don Quijote de la Mancha y soy agora […] Alonso
Quijano el Bueno» (Cervantes Quijote [Esp. 1615]).
Si se quiere dejar claro que la reproducción
de una cita textual no se hace desde el comienzo mismo del enunciado, es
posible escribir puntos suspensivos al inicio de la cita, sin paréntesis ni
corchetes, dejando un blanco de separación respecto de la palabra a la que
preceden: Un personaje galdosiano define a Larra como «… un escritor
satírico de tanto talento como mala intención». La cita se escribe en estos
casos con minúscula inicial, incluso cuando está precedida de dos puntos
(→ mayúsculas, 3.4.b).
También cuando la reproducción de la cita
queda incompleta por su parte final es posible escribir puntos suspensivos, sin
paréntesis ni corchetes y sin blanco de separación con respecto al texto que
antecede, para indicar que el enunciado continúa más allá de la última palabra
reproducida: La joven leía con avidez: «Muchos años después, frente al
pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella
tarde remota…».
3. Combinación con otros signos
3.1. Si los puntos suspensivos finalizan el enunciado, no debe añadirse
a ellos el punto de cierre (se escribirán solo tres puntos): Me encanta
esta casa. Es hermoso despertarse y ver el sol, los árboles, la luz en las
ventanas… Creo que volveré el año que viene; pero, si los puntos
suspensivos van detrás de una abreviatura, se suma a ellos el punto que la
cierra, de modo que se escribirán cuatro puntos en total (→ abreviatura, 8.a): Algunas
abreviaturas con tilde son pág., cód., admón.…
3.2. Tras los puntos suspensivos sí pueden colocarse otros signos de
puntuación, como la coma, el punto y coma y los dos puntos, sin dejar entre
ambos signos ningún espacio de separación:
Cuando decidas los colores, las telas, el tipo
de mobiliario…, ven a verme y te haré el presupuesto.
Mañana traerán la mesa, las sillas, los
cuadros…; entonces sí parecerá una casa.
Una cosa no quedó clara…: ¿desde cuándo se
aplicará esta medida?
La escritura de estos signos debe responder a
los criterios de puntuación que se seguirían si no aparecieran los puntos
suspensivos. Por tanto, no se escribe ⊗Y la gandora es…, Lidia Valdastillas (como
tampoco ⊗Y la ganadora es, Lidia Valdastillas), sino Y la ganadora es… Lidia Valdastillas.
3.3. Los puntos suspensivos preceden al paréntesis, las comillas y las
rayas de cierre si lo que se omite o se sobrentiende forma parte del discurso
enmarcado por esos signos:
Está encantado con su nuevo Picasso (yo diría
que es falso, pero…).
Ya lo dijo Arquímedes: «Dadme un punto de
apoyo…».
Pero, si el texto elidido o sobrentendido
corresponde al enunciado principal, los puntos suspensivos van detrás de los
signos de cierre de paréntesis, comillas y rayas: El paisaje chileno
ofrece muchos atractivos: mar y montaña, lagos y volcanes (como los de la X
Región), desiertos (Atacama)…
3.4. Los puntos suspensivos se escriben delante de los signos de cierre
de interrogación o de exclamación si el enunciado interrogativo o exclamativo
está incompleto: ¡Si te dije que…! Es inútil, nunca haces caso a nadie;
si está completo, los puntos suspensivos se escriben detrás, sin espacio de
separación: ¿Me habrá traído los libros?… Seguro que sí. Pueden
darse casos en que se junten el punto de una abreviatura, los tres puntos
suspensivos y el de los signos de cierre de interrogación o de
exclamación: ―¿Viste a ese Sr….? ―Sí, el Sr. González estuvo aquí ayer.
3.5. Sobre la colocación de las llamadas de nota cuando concurren con
signos de puntuación, → llamada de
nota, 3.
Punto y
coma:
1. Signo de puntuación (;) que se
utiliza para delimitar unidades lingüísticas inferiores al enunciado, como la oración
(No sabía nada con seguridad; lo intuía) o el
grupo sintáctico (Habló muy claro; demasiado).
Su empleo implica mayor vinculación entre los miembros del enunciado que la
indicada por el punto, y menor que la sugerida por la coma. Se escribe pegado a
la palabra o el signo que lo precede, y separado por un espacio de la palabra o
el signo que lo sigue. La primera palabra que sigue al punto y coma debe
escribirse siempre con minúscula (la única excepción se da en obras de
contenido lingüístico, en las que es práctica común separar con este signo de
puntuación los diferentes ejemplos que se ofrecen, cada uno de los cuales,
cuando se trata de enunciados independientes, comienza, como es natural, con
mayúscula; de este uso excepcional y contrario a la norma que rige en la lengua
general hay abundantes ejemplos en esta misma obra).
2. El punto y coma es, de todos los
signos de puntuación, el que presenta un mayor grado de subjetividad en su
empleo, pues, en muchos casos, es posible optar, en su lugar, por otro signo de
puntuación, como el punto y seguido, los dos puntos o la coma; pero esto no
significa que el punto y coma sea un signo prescindible.
3. Usos
a) Para separar oraciones
sintácticamente independientes entre las que existe una estrecha relación semántica:
Era necesario que el hospital permaneciese abierto toda la
noche; hubo que establecer turnos.
Todo el mundo a casa; ya no hay nada más que hacer.
En
la mayor parte de estos casos, se podría utilizar el punto y seguido. La
elección de uno u otro signo depende de la vinculación semántica que quien
escribe considera que existe entre los enunciados. Si el vínculo se estima
débil, se prefiere usar el punto y seguido; si se juzga más sólido, es
conveniente optar por el punto y coma. También se podrían usar los dos puntos,
puesto que casi siempre subyacen las mismas relaciones que expresan estos
cuando conectan oraciones (→ dos puntos, 2.5).
b) Para separar los elementos de
una enumeración cuando se trata de expresiones complejas que incluyen comas:
Cada grupo irá por un lado diferente: el primero, por la
izquierda; el segundo, por la derecha; el tercero, de frente.
Cuando
el último elemento de la relación va precedido por una conjunción, delante de
esta se recomienda escribir coma (→ coma2, 2.4.4.a), aunque puede usarse también el punto y coma:
Se dieron cita el presidente ejecutivo, Francisco Ruiz; el
consejero delegado, Pedro García; el vocal, Antonio Sánchez; y el secretario
general, Juan González.
c) Se escribe punto y coma delante
de las conjunciones adversativas pero, mas y aunque cuando
las oraciones que encabezan tienen cierta longitud:
No vivió mucho tiempo en aquella ciudad tan lejana; pero,
mientras estuvo allí, disfrutó de todo lo que le ofrecía..
Si
el periodo encabezado por la conjunción es corto, se usa la coma (→ coma2, 2.4.6); si tiene una extensión considerable, es mejor
utilizar el punto y seguido:
Vendrá, pero tarde.
«Las dos amigas se entienden muy bien; se ponen de acuerdo sin
necesidad de muchas palabras. Pero una voz que les es conocida irrumpe en la
mágica plenitud solar que las rodea» (FdzLeandro Caribe [C.
Rica 2003]).
d) Se pone punto y coma detrás de
cada uno de los elementos de una lista o relación escrita en líneas
independientes cuando estos presentan cierta complejidad y se inician con
minúscula. El último miembro de la enumeración se cierra con punto:
Conjugaciones en español:
― verbos terminados en -ar (primera conjugación);
― verbos terminados en -er (segunda conjugación);
― verbos terminados en -ir (tercera conjugación).
4. Combinación
con otros signos
a) El punto y coma puede concurrir
con cualquier signo de puntuación, excepto con el punto, la coma o los dos
puntos. Cuando se combina con puntos suspensivos o con signos de cierre de
paréntesis, rayas, comillas, interrogación o exclamación, se escribe siempre
detrás de ellos y seguido de minúscula:
Dijo que no lo haría «ni loco»; pero al final nos ayudó.
Mañana traerán la mesa, las sillas, los cuadros…; entonces sí
parecerá una casa.
b) Cuando el punto y coma sigue a
una abreviatura, debe mantenerse el punto abreviativo: Trabajó durante un tiempo en Byte S. A.; años después, fundó
su propia compañía.
c) Sobre la colocación de las
llamadas de nota cuando concurren con signos de puntuación, → llamada de nota, 3.
5. El plural del nombre punto y coma es puntos y
coma, aunque es frecuente, y también válida, la forma
invariable: los punto y coma.
Raya:
1. Signo de puntuación representado por un trazo horizontal
(―) de mayor longitud que el correspondiente al guion (-) (→ guion2) y al signo menos (−), con
los que no debe confundirse. Puede emplearse como signo doble (→ 2) o simple (→ 3).
2. Usos como signo doble. Se
usan dos rayas, una de apertura y otra de cierre, para aislar fragmentos que
introducen información complementaria o accesoria en el enunciado principal.
Como el resto de los signos dobles, se escriben pegadas a la primera y a la
última palabra del periodo que enmarcan, y separadas por un espacio de la
palabra o signo que las precede o las sigue; pero, si lo que sigue a la raya de
cierre es otro signo de puntuación, no se deja espacio entre ambos. Se usa la
raya como signo doble en los siguientes casos:
2.1. Para encerrar aclaraciones o incisos: Para él la fidelidad ―cualidad que valoraba por encima de
cualquier otra― era algo sagrado. Con esta función pueden utilizarse
también las comas (→ coma2, 2.1) o los paréntesis (→ paréntesis, 2.a) . Los incisos entre rayas
suponen un aislamiento mayor con respecto al texto en el que se insertan que
los que se escriben entre comas, pero menor que los que se escriben entre
paréntesis. A diferencia de la raya que enmarca los comentarios del narrador en
los textos narrativos (→ 2.3.a), la raya de cierre de los
incisos no se suprime aunque detrás de ella deba aparecer un punto o cualquier
otro signo de puntuación, ni siquiera cuando el inciso ocupa el final del
enunciado:
Esperaba a Emilio ―un gran amigo―. Lamentablemente, no vino.
Se publicaron varias obras del autor ―todas de su primera época―.
2.2. Para introducir una nueva aclaración o inciso en un texto
ya encerrado entre paréntesis: Si desea más
información sobre este tema (la bibliografía existente ―incluso en español― es
bastante extensa), deberá acudir a otras fuentes. Para intercalar
algún dato o precisión en un inciso escrito entre rayas, han de usarse los
paréntesis (→ paréntesis, 2.b): Venezuela ―primer lugar de tierra firme avistado por Colón en
su tercer viaje a América (1498)― tenía, por aquel entonces, unos 300 000
habitantes.
2.3. En textos narrativos, la raya se utiliza también para
introducir o enmarcar los comentarios y precisiones del narrador a las
intervenciones de los personajes. En este uso debe tenerse en cuenta lo
siguiente:
a) No se escribe raya de cierre si tras el comentario del
narrador no sigue hablando inmediatamente el personaje:
―Espero que todo salga bien ―dijo Azucena con gesto ilusionado.
A la mañana siguiente, Azucena se levantó nerviosa.
b) Se escriben dos rayas, una de apertura y otra de cierre,
cuando las palabras del narrador interrumpen la intervención del personaje y
esta continúa inmediatamente después: ―Lo principal
es sentirse viva ―añadió Pilar―. Afortunada o desafortunada, pero viva.
c) Cuando el comentario o aclaración del narrador va
introducido por un verbo de lengua (decir, añadir, asegurar, preguntar, exclamar, reponer, etc.), su intervención se inicia en
minúscula, aunque venga precedida de un signo de puntuación que tenga valor de
punto, como el signo de cierre de interrogación o de exclamación: ―¡Qué le vamos a hacer! ―exclamó resignada doña Patro (y
no ⊗―¡Qué le vamos a hacer! ―Exclamó resignada
doña Patro). Si la intervención del personaje continúa tras las palabras
del narrador, el punto, la coma, el punto y coma o los dos puntos que
correspondan al enunciado interrumpido se deben colocar tras la raya que cierra
el inciso: ―Está bien ―dijo Carlos―; lo haré, pero
que sea la última vez que me lo pides.
d) Cuando el comentario del narrador no se introduce con un
verbo de lengua y el parlamento precedente constituye un enunciado completo,
las palabras del personaje deben cerrarse con punto y el inciso del narrador
debe iniciarse con mayúscula: ―No se moleste.
―Cerró la puerta y salió de mala gana. Si tras el comentario del
narrador continúa el parlamento del personaje, la raya que cierra el inciso
narrativo debe ir asimismo seguida de punto: ―Me
voy ya. ―Se puso en pie con gesto decidido―. No hace falta que me acompañe.
Conozco el camino.
e) Si el comentario del narrador se intercala en mitad de un
enunciado, el texto del inciso se inicia con minúscula, vaya introducido o no
por un verbo de lengua:
―¡Esto que has hecho ―gritó― es una auténtica locura!
―Solo nos queda esto ―le enseñó unos pocos billetes― para el
resto del viaje.
f) Si el signo de puntuación que hay que poner tras el inciso
del narrador son los dos puntos, estos se escriben también tras la raya de
cierre: ―Anoche estuve en una fiesta ―me confesó, y
añadió―: Conocí a personas muy interesantes.
2.4. Las rayas se usan también para enmarcar los comentarios o
precisiones del transcriptor de una cita textual: «Es
imprescindible ―señaló el ministro― que se refuercen los sistemas de control
sanitario en las fronteras».
3. Usos como signo simple. Se
utiliza la raya como signo simple en los siguientes casos:
3.1. En la reproducción escrita de un diálogo, la raya precede
a la intervención de cada uno de los interlocutores, sin que se mencione el
nombre de estos:
―¿Cuándo volverás?
―No tengo ni idea.
―¡No tardes mucho!
Como
se ve en el ejemplo, no debe dejarse espacio de separación entre la raya y el
comienzo de cada una de las intervenciones.
3.2. La raya sirve asimismo para introducir cada uno de los
elementos de una relación que se escriben en líneas independientes. En este
caso, debe dejarse un espacio en blanco entre la raya y el texto que sigue. A
la hora de puntuar este tipo de relaciones, hay varias posibilidades:
a) Escribir con inicial minúscula cada uno de los conceptos y
cerrarlos con coma, excepto el último, que se cerrará con punto. Esta es la
opción más recomendable cuando los elementos que se relacionan son simples, es
decir, cuando están constituidos por una palabra o por un grupo sintáctico
breve:
Las funciones del lenguaje, según Jakobson, son seis:
― expresiva,
― fática,
― conativa,
― referencial,
― poética,
― metalingüística.
En
este caso, es también válido eliminar la puntuación que cierra cada miembro
enumerado:
Las funciones del lenguaje, según Jakobson, son seis:
― expresiva
― fática
― conativa
― referencial
― poética
― metalingüística
b) Escribir con inicial minúscula cada uno de los conceptos y
cerrarlos con punto y coma, excepto el último, que se cerrará con punto. Se
recomienda emplear este procedimiento cuando los elementos de la lista sean más
complejos, bien por su mayor extensión, bien por presentar puntuación interna:
En caso de tormenta en el campo, conviene seguir las siguientes
recomendaciones:
― no refugiarse debajo de un árbol;
― desprenderse de objetos metálicos, como paraguas,
bastones, etc.;
― no permanecer de pie en medio de espacios abiertos.
c) Escribir con inicial mayúscula cada uno de los conceptos,
cerrando los enunciados con punto, opción recomendada cuando la relación se
compone de enunciados completos:
Entre los rasgos del castellano hablado en Aragón, sobresalen
los siguientes:
― La entonación es claramente ascendente y hay tendencia a
alargar la vocal final.
― Se evita el acento en posición esdrújula.
― El sufijo diminutivo dominante es -ico.
― Se emplea mucho la partícula pues.
La
raya puede sustituirse, en estos casos, por letras o números cardinales
seguidos de punto o paréntesis, por un número ordinal o por otros signos
tipográficos.
3.3. En listas alfabéticas, índices bibliográficos y otros
repertorios, la raya al comienzo de una línea se usa para indicar que en ese
renglón se omite, para no repetirlo, un elemento común ya expresado en la
primera de sus menciones. También en este caso debe dejarse un espacio en
blanco después de la raya:
voz. V. diátesis
― activa, 92, 163
― pasiva, 92, 163 y sigs.
― ― refleja, 93, 218, 219
Tras
la raya de sustitución no debe escribirse el signo de puntuación que sigue, si
lo hubiere, a la expresión sustituida; así, en el ejemplo siguiente, no deben
escribirse tras las rayas los dos puntos que sí aparecen, en la primera
mención, tras el nombre del autor:
Ortega y Gasset, J.: Artículos (1917-33).
― Idea del teatro (1946).
― La rebelión de las masas (1930).
3.4. La raya se usa precedida de un punto (.―) en los casos
siguientes:
a) En los epígrafes internos de un libro, cuando el texto que
sigue comienza en la misma línea:
Género de los sustantivos.― Por el género, los sustantivos se
dividen en español en femeninos y masculinos. El género neutro no existe en
español. Decimos que un nombre es femenino o masculino cuando…
b) En la edición de obras teatrales, para separar el nombre
de cada uno de los personajes del texto de sus intervenciones:
María.― ¿Dónde
vas?
Juan.― A dar una vuelta.
En
el uso actual, la combinación de punto y raya ha perdido vigencia en favor de
otros signos, como los dos puntos o el punto.
4. Combinación con otros signos. Cuando
se usa como signo doble, la combinación de las rayas con otros signos sigue las
mismas directrices dadas para los paréntesis (→ paréntesis, 3).
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